Sobre el Banco Central
Jorge Selaive Economista Jefe Scotiabank y Académico FEN U. de Chile
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Jorge Selaive
El presidente del Banco Central (BC) realizó una presentación sobre el segundo retiro previsional, advirtiendo los riesgos y entregando luces para mitigar efectos nocivos. Sus propuestas no fueron consideradas. Es más, algunos aprovecharon para llamar a revisar la independencia del BC, lo que preocupa de cara al proceso constitucional. Ojalá que en la discusión prime lo técnico sobre el apetito político-populista, sobre todo en los aspectos que diferencian a los países exitosos de los rezagados: la calidad de las instituciones.
El BC tiene la misión de velar por la estabilidad de precios. De hecho, pronto se presentará el último Informe de Política Monetaria del año y, contrario a la visión de consenso amparada en que entramos en fase de recuperación y tendremos un segundo retiro de fondos previsionales, parece prudente entregar un mensaje táctico aún más estimulativo. La inflación sorprendió al mercado y quizás persiste ante la presión sobre el consumo que generará un nuevo retiro. Sin embargo, el incremento de precios debe ser evaluado como transitorio y explicado por un shock abrumador de demanda que no es respondido por la oferta, dado que se evalúa justamente como no perdurable. Se genera muy poca tracción a inversión y empleo de calidad. Por otro lado, la apreciación del peso, explicada por la debilidad del dólar y el alza del cobre, coloca mayores riesgos a la recuperación de la inversión no minera y genera cierta presión desinflacionaria de mediano plazo.
El empleo, en tanto, ha mostrado signos de recuperación producto del desconfinamiento. No obstante, la inversión se mantiene opaca, en un contexto donde el impulso desde el mundo desarrollado tiene luces de desaceleración a mediano plazo. Si bien el cobre ha aumentado su precio, asegurando mayor concreción de proyectos en esa área, existe heterogeneidad sectorial en la recuperación reciente y en la previsible a mediano plazo.
Los riesgos más relevantes para la convergencia inflacionaria hacia el horizonte de política están sesgados a la baja. El principal riesgo es una segunda ola de contagios que lleve a nuevos confinamientos e impacte el empleo y el crecimiento. Más aún, es esperable que en su informe el BC corrija el crecimiento 2020 hacia la parte baja del rango estimado hace pocos meses.
Más allá de los riesgos derivados de la pandemia, el proceso constituyente representa un desafío adicional. Al analizar el comportamiento del crecimiento en países de ingresos similares al chileno que han realizado procesos constitucionales en los últimos 50 años, se ven efectos negativos acotados, pero eventualmente significativos. Los canales de transmisión pueden provenir desde la mayor incertidumbre política hasta brotes de violencia paralizantes de la actividad.
Cabe poca duda de que pronto comenzaremos a ver correcciones al alza en el PIB 2021, que deberían llegar tan lejos como 8% para aquellos que minimizan los impactos del proceso constitucional y privilegian los efectos de un nuevo retiro de fondos previsionales y/o los mejores términos de intercambio. Ciertamente aquel crecimiento es lograble, más aún con las bajas bases de comparación, pero por ahora, aún en medio de la pandemia, debemos aprovechar la mayor movilidad y menor confinamiento que abren de mejor manera los poros de los canales de transmisión de la política monetaria para aumentar la dosis, revirtiéndola con rapidez cuando las señales de inmunidad y movilidad permanente sean claras.
Los riesgos de dicha acción son menores en la coyuntura actual comparado con los costos de errar en la dosis adecuada de estímulo.